jueves, 20 de febrero de 2014

Pacifismo frente a Paz Cristiana.


Describir una ideología que pervive mucho tiempo es complicado, porque al final las acepciones y movimientos que de ahí nacen son tantos que cualquier definición general sería demasiado ambigua. Podríamos decir que el pacifismo es la querencia por la paz, pero si fuese así todos seríamos pacifistas a no ser que seamos psicópatas. Incluso los que inician guerras quieren la paz. Las guerras se inician no por amor a la destrucción sino por el ansia de conseguir un fin. Ya otra cosa sería ver si las causas para participar en una guerra, iniciándola o no, son legítimas.

Los dos pacifismos más significativos hoy día son el hippy y el de Gandhi.

1) Gandhi es el símbolo inequívoco del pacifismo. Pero es una figura política. No era alguien preocupado sólo de la religión o de que altruistamente nos ayudemos los unos a los otros. Era alguien que quería que la India se independizase de Gran Bretaña y para ello usó métodos fortísimos de presión, paralizando el país o poniendo en un brete al gobierno ante la desobediencia a la ley en masa, pero evitando heridos o muertos. Esto también hacía ganar legitimidad a los manifestantes, que no empleaban violencia, y ante los cuales toda actuación del gobierno autoritaria quedaría reflejada ante el mundo como desproporcionada.

Mejor está esto que una guerra, desde luego. Ya quisiera yo ese pacifismo en el cristianismo ante el aborto. Pero siendo sinceros, este tipo de pacifismo tiene algo de no pacífico. No se producen agresiones, pero sí serios métodos de coacción y de rebelión contra la ley. Para mí tendrán legitimidad según sus fines, pero llamarlo pacifismo me parece exagerado.

2) Luego vino el pacifismo hippie. No era tipo Gandhi, sino tipo slogan del  'No a la guerra'. Y ahí es inevitable hablar de las históricas protestas contra la guerra del Vietnam. Pero también hay en ellas algo que no encaja. Porque la guerra no la inició EEUU sino las guerrillas comunistas (el llamado Vietcong) para derrocar al gobierno sur vietnamita, y por alguna extraña razón, cuando los manifestantes protestaban por la guerra, no portaban pancartas contra Ho Chi Minh, el lider revolucionario que junto con otros inició la guerra.

En general todas estas formas de pacifismo son recogidas por la izquierda pues, como la paz es un fin noble, pueden hacer una lucha ideológica instrumentalizando este concepto. Por ejemplo, pueden iniciar coacciones y paralizaciones enmascaradas bajo la forma del pacifismo y deslegitimar así cualquier reacción de la autoridad competente. También pueden conseguir que cualquier intervención militar sea fuertemente denostada, incluso cuando su fin es evitar un proceso revolucionario. Por esto, hoy día, si miles de manifestantes queman o toman plazas, los gobiernos se encuentran sin autoridad para hacer nada, y los vándalos para permitirse todo.

Frente a todo esto está el concepto de paz cristiana. Es el deseo sincero de paz. Sin artificios. Pero sabiendo con sensatez que hay situaciones que pueden legitimar el participar en una guerra, siempre que no haya otro remedio. Por ejemplo, el de legítima defensa ante una invasión, o ante el no respeto de los derechos fundamentales del hombre por parte de un gobierno.

Pues esta postura de paz es más sincera y más sensata que las otras. Y lo peor, es que son instrumentalizadas buscando fines distintos a los de la paz. Y es que dicen del Diablo que es la mona de Dios, porque quiere imitarlo todo a su manera, pero resulta grotesco.

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