lunes, 10 de febrero de 2014

La ONU es una hija de....


Recientemente la ONU ha emitido un informe al Vaticano exigiendo mayor colaboración sobre los casos de pederastia, y pidiendo a la Iglesia que cambie su posición respecto al aborto, los anticonceptivos, el matrimonio homosexual, etc.

Si sólo en el documento se refiriesen a los casos de pederastia se podría creer que la ONU tiene una intención legítima en defensa de los niños abusados. Hay quienes podrían hablar de juicio de valor injusto, dados todos los esfuerzos hechos estos años por la Iglesia por aclarar los abusos; de intromisión pues eso le compete a la justicia; de infamia encubierta al dar por cierta la acusación falsa de que la Iglesia no está haciendo lo posible, etc. Pero el asunto es de otra naturaleza.

Y el asunto es de otra naturaleza porque no se entiende qué demonios tienen que ver los casos de pederastia con la posición del Vaticano sobre la homosexualidad, el aborto, o los anticonceptivos. Y la ONU no junta todo en la carta por casualidad. Es porque así se forma una amenaza.

O ustedes cambian de postura, o empezamos a acusar a la jerarquía de encubrimiento de pederastas. Y nos da igual si es verdad o no. Vamos a ir a por vosotros a no ser que cambiéis vuestra posición. Y si la cambiáis, va a resultar que deja de existir el problema de los niños.

Esto apesta. La misma forma de hacer el comunicado no es sólo una amenaza injusta contra la Iglesia, sino una afrenta asquerosa contra los niños que han sido víctimas de abusos, a quienes se utilizan como moneda de cambio para conseguir los fines más espurios.

El hecho de que la ONU se atribuya funciones que no le son propias con el tema de los niños, que es cosa de los tribunales, desvela lo dudosísimas que son las intenciones de este organismo. Es como si el Vaticano ante esto respondiese a los parlamentarios con que revisasen sus declaraciones fiscales. ¿El mundo creería que esta exigencia nace del amor a la transparencia, o lo vería como una contestación a la amenaza? ¿Y por qué no se encarga de eso Hacienda? ¿Y qué pensaríais si los obispos acompañasen esa declaración de preocupación fiscal con una petición a la ONU de cambio de política reproductiva?

Más claro el agua. Qué asco de ONU.

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