jueves, 6 de marzo de 2014

Müller ¿Cambia o no la doctrina del divorcio?


Hoy ha aparecido un titular que me alegró, pero que al leer el contenido con sentido crítico lo tomo con cautela. Se trata del cardenal Müller, peso pesado del Vaticano que declaró el martes que la Iglesia no cambiará la doctrina con respecto al divorcio. Me alegré mucho, porque que el Prefecto para la Doctrina de Fé diga eso públicamente parecía no sólo una enmienda a Kasper, sino una apuesta en contra de la deriva que se había empezado a tomar a partir del reciente consistorio con el Papa. Y más me alegraba pensar que resultaba lógico adivinar que Müller no iba a hacer declaraciones en contra de la postura del Vaticano, sino yendo de su mano. "La idea de que la doctrina puede ser separada de la práctica pastoral de la Iglesia ha llegado a ser prevalente en algunos círculos [...] Esto no es, ni nunca ha sido, la fe católica". Estupendo. Esto significaba que tampoco metían un gol a la doctrina por la vía pastoral. Del titular colegí que quizás habían sopesado bien la problemática del asunto y las cosas se habían enderezado.

Pueden ver la noticia en Secretum Meum Mihi

Sin embargo otra frase me ha generado cierta desconfianza. "El Papa Francisco [...] ha expresado su preocupación pastoral para los católicos divorciados vueltos a casar". O sea, no pastoral, pero sí pastoral. Puede que la conclusión sea una pastoral preocupada por estas personas, pero en la misma línea de siempre. Pero me da que todo este "lío" no se hace para dejar las cosas exactamente tal como estaban. Ya sabemos lo peligroso que puede resultar un matiz en apariencia inofensivo. Pueden por ejemplo, y creo que por aquí irán los tiros, declarar que hay que delegar ciertas decisiones a los sacerdotes. De siempre los sacerdotes han dado consejo espiritual a quien lo necesite, y sopesando dentro de la doctrina la problemática personal del que lo pida, han guiado a cada uno. Es lógico, pues cada persona, cada situación y cada matiz es un mundo, y se necesita de la ayuda de un presbítero. El catecismo marca, y el sacerdote, siervo del Magisterio con mayúsculas, pastorea. Pero de aquí a que parezca que la Iglesia delega estas cuestiones a los sacerdotes, y creo que el lector entiende el sentido que doy y pueden dar a esta delegación, hay un abismo.

Pues buena noticia la de Müller, pero cautela. Hay datos objetivos, no tergiversables por la prensa, que nos dan motivos para estar alerta.

Eso sí. Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Estas declaraciones son una considerable rectificación de la línea que se estaba siguiendo, aunque aún siga el peligro. El Papa se ha reunido con todos los cardenales. Y este ligero aunque significativo giro me hace pensar que muchos de ellos se han sincerado con S.S. Francisco y han actuado como su deber y la Iglesia exige. Mis felicitaciones.

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