miércoles, 12 de marzo de 2014

Kasper dobla la apuesta


El Cardenal Kasper viene a decir, según la cita que muestro abajo, que abrir un sínodo para tratar el tema de la comunión a los divorciados y acabar en nada es un error. Por supuesto espero que las tesis de Kasper no sigan adelante, pero lo que ha dicho es bastante sensato. Y precisamente por esto me preocupa aún el tema, a pesar de las palabras tranquilizadoras del Prefecto para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller, que comenté aquí mismo.

Aquí las declaraciones de Kasper:
"Con respecto a la pregunta, hay una gran expectativa en la Iglesia. Sin duda, no podemos responder a todas las expectativas. Pero si repetimos sólo las respuestas que siempre se han dado, esto llevaría a una terrible decepción. Los testigos de la esperanza no podemos dejarnos guiar por una hermenéutica de miedo. Se necesita coraje y sobre todo la confianza bíblica. Si no lo queremos, más bien, entonces no deberíamos tener ningún sínodo sobre nuestro tema, porque en ese caso la situación posterior sería peor que la anterior."
¿Realmente todo este lío va a acabar en nada? ¿Qué sentido tiene abrir un melón si no es para catarlo? ¿Es casualidad que Kasper haya sido elegido para encargarse de hacer la introducción al consistorio? ¿Es casualidad que el Papa elogiase a tan ínclito cardenal hasta el punto de temer que pudiese sonrojarse? ¿No es para preocuparse el hecho de que dijese de él que hace verdadera teología de rodillas?

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